día comienza y nos dirigimos a nuestras actividades sin prestar atención a su voz que trata de llamar nuestra atención, por medio de un hermoso amanecer o el camto de las aves.
¡Cuántas veces olvidamos su amor en los buenos momentos! Nos hallamos tan ocupados por las muchas bendiciones que hemos recibido y no reflexionamos en que sin Él no seríamos nada.
¡Cuántas veces olvidamos su intervención en las dificultades! Cuando atravesamos luchas, problemas y reclamamos. Quizás las cosas hubieran sido peor si su mano no estuviera guiando nuestros pasos. Ni agradecemos su ayuda.
¡Señor, no permitas que vivamos sin que ocupes el primer lugar en nuestros pensamientos, emociones y actitudes!